miércoles, 5 de noviembre de 2008

VENEZUELA CROSS COUNTRY

1:15 pm. Entro corriendo a la oficina. Todavía con la comida en la garganta. A las dos y media necesito bajar un material para montar un proyecto para Brasil que esperan a las 4 y media hora de aquí.

1:30 pm Después de haber tirado la cartera y ultimar algunos detalles me siento en mi aposento para no levantarme hasta terminar la primera tarea de la tarde.

Prendo la máquina, abro mi correo y “clic” . No hay Internet.

Parece que ahora si nos cayeron las siete plagas. Es imposible, poco creíble y hasta parece un chiste que después de tanto pasar roncha con el agua, la luz, y el teléfono, ahora también se sume el Internet.

En esta época donde en los países desarrollados (y no es que nos crea inferiores) tienen el Internet en el ambiente, porque donde te pares estas conectado con el resto del mundo, a nosotros los venezolanos, país petrolero y considerado el hermanito rico de la región, una falla en Vargas provocada por qué se yo que cosa nos deje sin Internet. En un mundo global donde las comunicaciones son las que llevan la voz cantante en el juego de quién es más efectivo en lograr la estabilidad perfecta, parece mentira que nosotros estemos tan en pañales.

Me impresiona la vulnerabilidad de este país, de verdad. Es difícil creer que nosotros hemos podido acostumbrarnos fácilmente a cojear de una pata. Hoy se fue la luz por cuatro horas, la semana pasada no llego el agua hasta la noche (en algunos casos por varias noche) y no le pude lavar el uniforme a los muchachos. Ayer estuve toda la mañana buscando pollo y nada, en la oficina no me pude comunicar en toda la tarde parece que se cayó CANTV, etc, etc, etc.

Hasta cuando tendremos que vivir ocupados por cosas que no son nuestra responsabilidad. Cuándo tendremos servicios dignos de un país contemporáneo. No pido una metrópolis. Solo espero tener menos cosas de qué preocuparme, y que los gobernantes que escogí, parándome tempranito a votar, como debe ser, se ocupen de las tareas para lo que fueron elegidos.

El voto sirve para muchas cosas. Es importante saber qué nos conviene realmente. Es como ir al supermercado. Podemos comprar la marca, podemos comprar la calidad o podemos comprar lo nuevo que nos  ofrece  iguales beneficios a menor precio.

Cuando estén frente a la máquina de votación tómense un minuto para pensar en toda la roncha que han pasado en estos últimos años. Saquen cuentas para que vean que la cosa se pone cada vez más cabilla. En ese momento escogerán mejor y sin remordimientos.

Los cambios son bueno, siempre que sean para mejorar. Los venezolanos necesitamos mejorar nuestra calidad de vida,  y no pasarnos la vida tratando de medio vivirla.

Los otros dos minutos son para que ejerzas tu derecho.

 

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