Es impresionante la habilidad que tenemos mujeres y hombres de superar obstáculos y adversidades para dar paso a nuevas sensaciones, sentimientos, olores, sabores y texturas.
Nada se parece a nada, aunque creamos lo contrario. Algunos dicen que todo se transforma y definitivamente es la realidad misma. Cada día vivimos una experiencia diferente y estoy segura de que se debe a que nosotros cambiamos continuamente.
Ahora, ahorita, hoy, no soy la misma de hace unos meses, y mucho menos la de hace un año. Me veo diferente y hasta pienso diferente. Además siento distinto. Creo que siento más, o por lo menos más intenso.
Disfruto mucho las cosas, y solo hago las cosas que verdaderamente disfruto. Tengo la picardía que me da el pasado y la uso para encarar este presente. Es eso picardía, sensualidad, actitud, inteligencia.
Es conocerme, saber cuando el cuerpo me habla y entender qué quiere decirme, no permitir que la mente me traicione fácilmente, y procurar que cuerpo y mente me traicionen apropósito. Se lo que me gusta y lo que no, se que tanto puedo permitir y hasta donde puedo llegar. He aprendido a ejecutar los verbos, se perdonar, aceptar, pedir, desear, se dar.
Miro hacia atrás y veo que el pasado ha transcurrido en un tiempo perfecto, en momentos perfectos y en sitios indicados. Ahora soy presente continuo, viviendo nuevas escenas, escribiendo nuevas novelas y disfrutando cada plano.
Me estoy divirtiendo.
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