miércoles, 25 de agosto de 2010

A VER TU VIDA

Qué puedo decir...

El amor, con unos cuantos meses de retraso en su llegada, pero aún lo espero. siento su olor, late, no muy fuerte pero late, eso es importante. A veces se asoma por las noches, aunque de una forma casi mágica se despide en las mañanas sin despertarme, y cuando abro los ojos es demasiado tarde y ya se fue. Pero me deja una sonrisa. Luego se me esconde, y a veces de lejos lo veo pasar, le hago señas, quiero que sepa que aquí estoy yo, esperando para ser tocada y bendecida, premiando mi paciencia, mi tranquilidad. Digamos que no ha llegado para quedarse.

Qué puedo decir...

El trabajo, por el contrario, llega todos los días con una vaina nueva, y lo despacho y lo despacho, pero no se va. Es como una estrella, o un circulo, o el horizonte, nunca sabes donde termina. No se va, así mismo. Está tatuado en mí, en mi cerebro (que además creo que es su cómplice) y juntos me hacen adicta de alguna encima, u hormona, o sustancia adictiva. Creo que piensa quedarse, pero si es así la que se va soy yo.

No hay más nada que decir.


1 comentario:

dam dijo...

el amor y el trabajo...
amor ausente,
trabajo demasiado presente